ERNEST HEMINGWAY O EL MAR DE ANGUSTIAS POR VOLVERSE VIEJO - Heldyn Guevara




 

Ernest Hemingway o el mar de angustias por volverse viejo Por Heldyn Guevara




El día en que Ernest Hemingway (1899-1961), el gigante de la literatura cayó, la tierra tembló de asombro y tristeza. No había pasado mucho tiempo de haber recibido el Premio Nobel, cuando el escritor norteamericano decidió acabar con su vida con un tiro de escopeta en la boca.



El viejo y el mar (1951), escrita en Cuba EN tan solo 40 días, que evidenciaba las ganas incontrolables de partir a mejor vida, es la confesión mental de un hombre que se resiste al acometimiento de la vejez, una etapa indignante e inferior par quien fuera un hito de la conquista amorosa, la aventura y la belleza. No cabe duda que los dardos de las arrugas, el abandono del cabello en calvas capturas de la depresión y la angustia, fueron su impotencia de saber erigirse en la agilidad de volver a torear la vida (Muerte en la tarde).



En el viejo y el mar, que relata la lucha del viejo Santiago con el pez dura tres días, en los que el viejo recuerda su vida pasada. En su mente resuenan los tiempos en que la suerte estaba de su lado, y era capaz de conseguir la gran pesca del éxito gracias a las bendiciones que le daba la juventud. Sin embargo, El viejo y el mar también revela la valentía por pescar la inocencia, compartir la sabiduría en el consejo y la aceptación de las marcas del tiempo, donde el alma pesca a diario la gran hazaña de ser recordado con admiración.  

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